19 de septiembre de 2008

Apostando todo al cuatro, par y rojo... ¿Quién ganará, quién perderá?

Nogueira, concejal de Transportes, presentando ayer los actos de la Semana de la Movilidad, que se centran en el carril-bus, explica que en su primer mes de funcionamiento ha logrado ampliar la frecuencia de las líneas.

La mayores alegrías se las da la línea 4. Su frecuencia de 12 minutos (teóricos, porque se cumplían cuando coincidía...) ha bajado a los 9 minutos de los que se presume en rojo.

El número de pasajeros de la línea 4, la única que recorre el trazado íntegro del nuevo vial. “ha tenido en el último mes un incremento del 7%, cuando en el resto de buses es del 1%”, aseguró. Para Nogueira, los resultados son “espectaculares”, pues antes de la puesta en marcha de la vía exclusiva para el transporte urbano esta línea llevaba cerca de un año y medio perdiendo usuarios.

En fin, nos alegramos. Lo que si está parecen claras son tres cosas:

Primero, parece ser que el C-BUS ha contribuido a mejorar frecuencias. Vale.

Segundo, semeja que el C-BUS ha contribuido a aumentar el número de pasajeros. Vale.

Y tercero, pero lo más grave e importante, es un temor nuestro consistente en que los responsables que deciden las frecuencias de los buses urbanos se podrían cargar esta alegría tan grande que les embarga, al ritmo del refrán "la avaricia rompe el saco...". Y lo estamos viendo...

La explicación consiste en lo siguiente: Si la línea 4 tenía una frecuencia de 12 minutos, y no se cumplía nunca -o casi nunca, o muy extraordinariamente, o a veces...-, y ahora tiene -supongamos que es cierto- una frecuencia de 9 minutos -que no sabemos si será así, pero...-, mucho nos tememos que por las ansias de superación de los ordenantes se le vaya a apurar la frecuencia a... por ejemplo, 8 minutos.

Una típica manera de "promocionar" el servicio, de decir "he ahí la mejoría, amigos usuarios, y flipad, porque nos vamos a superar haciendo mejores marcas! Antes 12, ahora 9, pero podemos hacerlo en 8!" No contentos con esto, se habla de otras líneas:
"Los buenos resultados también podrían permitir reducir frecuencias en uno o dos minutos en las líneas 11 y 6".

En ese caso, cuando los usuarios tuviésemos metido en la cabeza los 9 minutos reales -o unos futuribles 8 minutos- y se viese que no se cumple, surgirán de nuevo las protestas y se creará un clima de puesta en evidencia bastante incómodo, y creemos que innecesario. ¿Cómo se van a rebajar frecuencias en la línea 6, nos preguntamos, con los problemas que tienen todavía a determinadas horas? ¿O estamos tan equivocados?

Con lo cual, la pregunta resumen es:
Si lo más fácil para contentar al usuario son frecuencias "fieles" a lo anunciado, ¿por qué no aprovechar esa ventaja que uno/dos/tres minutillos extras que proporciona el C-BUS para dejarlas como están/estaban, con el objetivo de que al menos se puedan simplemente cumplir?
¿Qué dicen los conductores/buseros acerca del tema de las fecuencias? ¿Se les pregunta? ¿Se les tiene en cuenta? Se supone que son los que de verdad saben si se puede cumplir una frecuencia o no... Y también conocen los problemas de una línea, y sin duda, soluciones a esos problemas...

Sería bueno hacer una reivindicación a la opinión y el saber de los buseros, a quien mucho nos tememos que no se les trate como una parte vital para la mejora del servicio. Aunque visto lo visto, a veces es mejor estar callado, claro...

¿Y vosotros usuarios, cómo veis esta esclalada ambiciosa de resultados inmediatos?

Investigaremos, a ver...

Fuente: El Ideal Gallego, Qué Diario

1 comentario:

  1. Pues no, a los conductores no se les pregunta, y aunque no se lo crean y parezca increible tambien tenemos necesidad de ir al baño durante nuestra jornada laboral.

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